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20.10.2025

El costo oculto del calor: cómo el estrés por calor pone en peligro al ganado desde el primer día

El aumento de las temperaturas ya no es solo una molestia estacional, es una amenaza durante todo el año para el bienestar y la productividad del ganado. Entre los más vulnerables al estrés por calor se encuentran los terneros jóvenes, particularmente aquellos que aún dependen de la inmunidad materna y la protección pasiva del calostro. La combinación de termorregulación inadecuada en terneros y transferencia inmune deficiente hace que el estrés por calor contribuya de manera silenciosa pero significativa a la morbilidad, la reducción del crecimiento y la pérdida de productividad a largo plazo.
 
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Comprender el estrés por calor en terneros y novillas

El estrés por calor ocurre cuando la carga de calor interna del animal excede su capacidad para disipar ese calor en el medio ambiente. En razas lecheras como Holstein, este desequilibrio se intensifica por su área limitada de superficie de piel, pelaje grueso y baja actividad de las glándulas sudoríparas.

En animales jóvenes, el impacto es aún más severo:

  • Los terneros con menos de 30 días comienzan a sufrir fisiológicamente a temperaturas ambiente superiores a 25 ° C.
  • Presentan frecuencias respiratorias elevadas, deshidratación, disminución de la ingesta de leche y letargo.
  • A diferencia del ganado adulto, los terneros generan menos calor interno al rumiar, pero también son menos eficientes en el manejo de la temperatura corporal debido a los sistemas de termorregulación inmaduros.

¿Por qué el calostro es más importante en épocas de calor?

El calostro es más que la primera leche: es el sistema de defensa inmunológica inicial de un recién nacido. Desafortunadamente, el estrés por calor durante la última etapa de la gestación en las vacas reduce significativamente tanto el volumen como la calidad del calostro. Los estudios han demostrado que:

  • Las vacas sometidas a estrés térmico producen concentraciones más bajas de anticuerpos IgG en el calostro.
  • El volumen de calostro en el primer ordeño disminuye, a veces hasta en un 30-40%.
  • La eficiencia de absorción de las inmunoglobulinas del calostro en terneros nacidos de madres con estrés térmico también es menor.
Esta transferencia pasiva comprometida está vinculada a:
  • Reducción de la actividad de los linfocitos sanguíneos en los recién nacidos.
  • Tamaño más pequeño del timo, lo que afecta la función inmunitaria a largo plazo.
  • Mayor susceptibilidad a las infecciones durante la fase neonatal y más allá.

Estrés térmico intrauterino: una amenaza generacional

El estrés por calor no espera al nacimiento para dejar su huella. Los terneros expuestos al estrés por calor en el útero, especialmente durante el último trimestre, muestran deficiencias de desarrollo a largo plazo:

  • La mala eficiencia placentaria conduce a un suministro subóptimo de nutrientes y oxígeno.
  • Los cambios epigenéticos alteran la respuesta inmune y la productividad lechera futura.
  • Se ha observado que las nietas de vacas estresadas por el calor producen menos leche, un ejemplo convincente de impacto multigeneracional.

Estrategias de manejo ambiental y nutricional: la primera línea de defensa

Si bien es casi imposible prevenir completamente las olas de calor, las intervenciones estratégicas pueden mitigar el daño:

  • Áreas de descanso sombreadas y ventiladas tanto para vacas secas como para terneros.
  • Uso de materiales de cama con menor retención térmica, como arena o viruta de madera, en lugar de paja, para mejorar el flujo de aire.
  • Estrategias de hidratación que incluyen suplementos de electrolitos al mediodía en días calurosos.
Pero esto no es todo, es solo una parte de la ecuación. La nutrición, particularmente alrededor del período seco y la fase neonatal, juega un papel fundamental en la resiliencia. Los terneros y sus madres necesitan:
  • Forrajes con alta digestibilidad.
  • Dietas con densidad energética controlada y con niveles adecuados de proteínas.
  • Suplementos nutricionales que refuerzan la función inmune, la integridad intestinal y la adaptación metabólica al calor.

Siguiente paso: fortalecer la inmunidad con soluciones naturales

Incluso con los mejores esfuerzos, existen límites a lo que puede lograr la gestión convencional. Aquí es donde entran en juego los suplementos avanzados de calostro y los aditivos funcionales de origen vegetal.
Las últimas investigaciones destacan la importancia de un apoyo nutricional específico para los terneros recién nacidos, especialmente aquellos afectados por estrés térmico intrauterino (IUHS). Estos terneros suelen presentar una absorción deficiente de inmunoglobulinas, un aumento de la permeabilidad intestinal y un estrés oxidativo elevado. Mejorar la transferencia de inmunidad pasiva y mantener la integridad intestinal son factores fundamentales para mejorar la supervivencia y la productividad a largo plazo.

Los recientes avances en el procesamiento del calostro permiten ahora obtener suplementos ricos en inmunoglobulinas y libres de anticuerpos específicos como el IBR, diseñados para una biodisponibilidad óptima incluso en condiciones de absorción comprometidas. Del mismo modo, ciertos aditivos alimentarios de origen vegetal han demostrado su capacidad para:

  • Estabilizar las uniones estrechas intestinales
  • Modular las vías inflamatorias
  • Favorecer la desintoxicación hepática
Productos como Sangrovit® y los polvos de calostro producidos de forma cuidadosa (Immune Milk) se están estudiando en estos contextos como parte de estrategias integradas para la salud de los terneros.
 

Conclusión: por qué el estrés por calor en el ganado joven exige atención inmediata

El estrés por calor en el ganado joven es un problema crítico que afecta no solo la salud inmediata de los terneros, sino también la productividad a largo plazo y la competencia inmunológica. Las temperaturas ambientales elevadas afectan la capacidad de la madre para producir calostro de alta calidad y reducen la transferencia pasiva de inmunidad al ternero recién nacido. Además, los terneros expuestos al calor en el útero o después del nacimiento experimentan un mayor estrés fisiológico, inmunidad comprometida, crecimiento reducido y una mayor susceptibilidad a las enfermedades.

Dado que el cambio climático hace que los episodios de estrés por calor sean más frecuentes y prolongados, comprender estos impactos e implementar estrategias preventivas se ha convertido en un aspecto esencial de la gestión ganadera moderna. La integración entre el manejo ambiental, la nutrición de precisión y las soluciones naturales representa la vía más prometedora para proteger a los animales jóvenes y garantizar sistemas productivos más resilientes y sostenibles.
 

Autor

Dr. med. vet. Oguz Calisici, Product Manager Immune Milk, Phytobiotics Futterzusatzstoffe GmbH

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